Todo comenzó en un pequeño invernadero, donde un grupo de cultivadores apasionados soñaba con desarrollar una flor con un perfil único. Tras numerosas pruebas, dieron con un cruce entre Grape Ape, conocida por su marcado gusto a uva madura, y Grapefruit, una variedad con toques cítricos.
El resultado fue Zkittlez, una flor con aroma dulce y afrutado que recuerda a los caramelos que le dan su nombre. Su sabor se despliega en capas de mango y uva, seguida de un sutil matiz cítrico y dulce que deja paso a una ligera nota terrosa, dando una sensación de dulzura duradera.
Este proyecto de experimentación se ha convertido en un referente entre las variedades de CBD, apreciada por consumidores y cultivadores por ser una de las experiencias más refinadas al paladar.