El origen de Strawberry no está completamente documentado, muchos dicen que proviene de Europa, específicamente de Países Bajos. Se cree que desciende de genéticas sativas con un perfil terpénico dominado por el mirceno y el limoneno, lo que explicaría su característico aroma y sabor a fresa.
Su fragancia no es abrumadoramente intensa, sino equilibrada, combinándose con otras notas afrutadas y un leve matiz terroso. En su desarrollo, los criadores tuvieron que hacer concesiones en la potencia del aroma general para que el tono no se viese opacado por otros terpenos dominantes.
A pesar de su origen incierto, Strawberry ha conseguido consolidarse como una de las variedades frutales más consumidas. Su capacidad para capturar la esencia de la fresa y trasladarla al aroma y sabor la han convertido en una elección segura y confiable.